¿Alguna vez se preguntó cómo las aplicaciones obtuvieron sus nombres? Seguro que algunos son obvios (iWork, Office, Word, Mail), otros no tanto (Excel, PowerPoint). ¿Qué hay de Safari? En el décimo aniversario del inicio del proyecto, el ex ingeniero de Apple Don Melton derrama los granos.
A continuación se muestra el intercambio con Kurt Knight, quien fue parte del marketing de Apple sobre cómo Don recibió la noticia:
Conocí a Kurt en medio del quad Infinite Loop. Parecía emocionado y dijo que me estaba buscando.
"¿Que pasa?"
"¡Han elegido un nombre!"
No necesitaba más contexto que eso. E inmediatamente me tensé como si alguien esperara ser golpeado en la cara. Todos esos nombres de mierda que había escuchado en los últimos meses volvieron a inundarse como el agua de alcantarillado.
"¿Qué ... es?" Pregunté con los dientes casi apretados.
"Safari", susurró Kurt.
No dije nada Pero Kurt debe haber notado que estaba más relajado. "Aturdido" como me lo describió más tarde. Probablemente un poco más estúpido que de costumbre, también.
"¿Qué piensas?", Preguntó.
Sinceramente, no sabía qué pensar. Mi mente estaba en blanco porque simplemente no lo esperaba. El nombre parecía salir de la nada. Parecía más extraño en ese momento que su origen real.
"No apesta", finalmente ofrecí.
Y no fue así. Lentamente, lentamente, estaba creciendo en mí. Kurt y yo nos quedamos un rato hablando de "Safari". Y luego nos dimos cuenta de que era algo muy estúpido que hacer al aire libre.
Cuando llegué a mi oficina, me gustó el nombre. Realmente me gustó. Estaba comprometido Me imagino viendo "Safari" en el dock de Mac OS X. Tenía que decirle al equipo de inmediato y, si era necesario, convencerlos de que también les gustaba. Afortunadamente, y para su crédito, no necesitaban mucha convicción.
Entonces, a quien sugirió el nombre "Safari", gracias.
El nombre en clave para el proyecto había sido "Alexander" (esa historia está por llegar, pero supongo que es el hijo de alguien o una referencia a Alexander The Great) porque hay que llamarlo así . Las historias detrás de los nombres de productos tienden a ser bastante interesantes. La primera compañía de software (y primer inicio) para la que trabajé se llamaba "Qumana" (al igual que la aplicación). ¿Por qué? Porque no era una palabra en ningún idioma y sonaba interesante. Sí, esa es la verdad.
Me identifico con la reacción de Don de "No apesta", porque a veces, cuando tienes problemas para finalizar un nombre, el nombre menos sucktacular a menudo gana.
Vía: Don Melton